Director: Ben Affleck
Guión: Chris Terrio, basado en un capítulo de "Maestro del Disfraz" y en el artículo de Joshua Bearman para "Wired"
Género: Thriller
Duración: 120 minutos
Intérpretes: Ben Affleck, John Goodman, Alan Arkin, Bryan Cranston, Taylor
Schilling, Kyle Chandler, Victor Garber, Michael Cassidy, Clea DuVall,
Rory Cochrane, Tate Donovan, Chris Messina, Adrienne Barbeau, Tom Lenk,
Titus Welliver
Mucho juego dió para algunos chistes malintencionados el hecho de que Matt Damon y Ben Affleck se llevaran el Óscar al mejor guión con El indomable Will Hunting,el mejor de ellos sin duda, ya que recogía lo que muchos pensábamos de la aportación de ambos en el libreto, es el que aparecía en Padre de Familia. Visto el nivel de su aún pequeña filmografía como director, queda más que demostrado que el mayor de los Affleck sí que tuvo mucho que decir en aquel famoso guión que le mereciera el premio de la Academia, y que su futuro es muy, muy prometedor.
Tras el éxito de crítica de su primer film tras las cámaras, Adiós pequeña, adiós (mi tarea pendiente), una adaptación de la novela de Dennis Lehane con un reparto de auténtico lujo, llegaría The Town, un thriller de acción en el que se atrevería con la crítica social hacia su propia ciudad, las pocas oportunidades que depara ésta y las relaciones de fidelidad entre sus delincuentes, pero sobre todo dirigirá con un pulso magnífico deudor de la magistral Heat una cinta infravalorada reivindicable de principio a fin, con algunas escenas de acción que son de lo mejor del film pero sin por ello descuidar la trama ni la interacción de sus personajes.
Con tan buena carta de presentación, muchos fueron los ojos que desde el principio se mostraron interesados por su siguiente proyecto, esta Argo, en la que para rescatar a unos espías norteamericanos en suelo iraní el gobierno de Estados Unidos habrá de llevar a cabo una planificada farsa para hacerlos pasar por miembros canadienses del staff de una película de ciencia ficción. Sin embargo, para mí ha supuesto una pequeña decepción.
Como habré dejado notar, The Town me pareció una de las mejores películas de 2010, por lo que mis expectativas con ésta estaban por todo lo alto. Pero, por desgracia, hay algo que le falta a esta cinta para redondearla, para hacerla de notable en todos los sentidos, una chispa que quizá hubiera tenido con otro actor en el papel principal, o quizá humanizando un poco más a los rescatados. Quizá.
Con ello no quiero restar méritos a la película; Affleck dirige con acierto y buen ritmo, transmite a la perfección lo desasosegante y potencialmente explosivo de la incursión en la embajada estadounidense, y la urgencia se siente en las reuniones con el objetivo de planear la tapadera con la que rescatar a los espías que han logrado escapar a la embajada canadiense. Alterna con
acierto el tono más relajado (e incluso humorístico) en las escenas que comparten unos grandes
Alan Arkin y John Goodman, el suspense y el trabajo al límite para llevar a buen puerto la tapadera en la Agencia (con otro grandísimo, Bryan Cranston), con una tensión bien llevada
desde que Méndez llega a Irán cuyo momento culminante es la claustrofóbica escena en
el bazar. Unas elecciones de cásting muy acertadas y un reparto muy competentes (con los más veteranos
comiéndose los planos en los que aparecen), cuyo único fallo es para mí ver al propio director como protagonista, y un momento mágico para los fans del cómic.
¿Qué es lo que me falta entonces en Argo? El problemas es más bien lo que me sobra de la película; dada la importancia de mantener la angustia hasta el final, se toman unas cuantas licencias tópicas que lejos de añadir dramatismo al cierre acaba por restarle credibilidad y volverlo risible. Está bien que haya un momento en el que los personajes lleguen a escapar por los pelos, pero cuando se repite hasta en tres ocasiones (durante la comprobación de las reservas de avión, la llamada
descolgada, y la persecución al avión), uno no puede sino esbozar una sonrisilla socarrona de incredulidad.
También me sobran minutos en el metraje, sobre todo por lo pesado que se vuelven los últimos minutos tras el regreso, así como la inclusión del final feliz con medalla,
reconciliación marital y momento íntimo con el hijo, y el mensaje de que la CIA está llena de héroes anónimos totalmente altruistas, pero es un mal menor que se contrarresta con otros momentos en el que se critica, aunque sea de manera blanda, su labor para con los países de Oriente Medio y sus sátrapas (nunca mejor dicho) gobernantes.
En definitiva, pequeños fallos que no la acaban de hacer del todo redonda, pero sí otro muy buen trabajo tras las cámaras de Ben Affleck, que deja de ser una inesperada sorpresa y confirma su potencial, por lo que sus futuros filmes van a ser, al menos para mí, igual o incluso más esperados que éste.