Dirección y guión: José Luis Alemán
Género: Suspense, terror
Duración: 100 minutos
Intérpretes: Silvia Abascal (Luisa Lorente), Daniele Liotti (Lázaro), Óscar Jaenada (Nicolás Tremel), Laia Marull (Leonor Valdemar), Silvia Abascal (Luisa Lorente), Paco Maestre (Aleister), Paul Naschy (Jervás)
Luisa es la encargada de tasar una de las mansiones más importante y misteriosa con la que se ha encontrado en su carrera. Pero al llegar a la casa Valdemar, descubre que bajo la fachada con siglos a sus espaldas se encuentra un monstruo de tiempos inmemoriales.
Discutíamos los colegas y yo (todos contra mí) por negarme a ver esta película. Me habían arrastrado casi por obligación hasta el cine, y yo prefería ver Up in the air o, incluso, por segunda vez Avatar, antes que ésto. Pero no tuve esa suerte: Sí, aborrezco casi todo producto con sello nacional, y más cuando tengo que pagar la entrada. No me equivocaba cuando les dije que iban a salir dándome la razón: "menuda mierda de película", repetían cada uno de ellos; una crítica tajante.
No conozco, he visto ni leído nada sobre Valdemar; por desgracia, tampoco he leído ni tan siquiera lo más mínimo de Lovecraft (error a enmendar pronto). Mejor: nada de comparaciones, ni tirarme de los pelos por ver lo que han hecho con el material original. No hace falta ninguna comparación: el film es malo de narices con o sin ellas. Lleno de actuaciones pésimas (de vergüenza ajena más de una declamación), con un ritmo lento y mal marcado, y una historia sin el más mínimo interés, en la forma en que se cuenta. Con detalles horrendos, como algún efecto especial (aunque sólo alguno; el resto la verdad que es sobresaliente, lo mejor de la película sin dudas), ese inglés Aleister Crowley que debía de ser nacido más de Cádiz que de Gibraltar, o el zepelín (?) en medio de la T4 de Madrid; méritos tiene por sí solo el clímax del final, que más que dar ganas de ver la continuación, a nosotros nos las dio de colarnos en otra sala para no sentirnos estafados.
Un producto nacional de los que siguen apartándome del cine español, con sus particulares tics y errores (desnudos sin venir a cuento -aunque agradecidos, que la prostituta estaba de buen ver- o la mala elección de actores -mención especial al de Los Serrano, aunque Laia Marull también merece un premio honorífico por su enfrentamiento contra el monstruo). La próxima vez, que les den al cine, a mis colegas, y a la madre que parió al guionista, director, productor, chico de los recados, maquillador y jefe de mantenimiento todo en uno José Luis Alemán. Menos mal que no se ha llevado subvención: así esta bazofia duele un poco menos.
Valoración: ***** (basura inmunda; huid de ella, y tapaos los ojos si véis su cartel en el cine)
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