Deadpool MAX 1-6 USA
Guión: David Lapham
Dibujo: Kyle Baker
Panini; 144 páginas, 12€
Guión: David Lapham
Dibujo: Kyle Baker
Panini; 144 páginas, 12€
Hablaba el otro día sobre el buen sabor de boca que me había dejado el tomo de La guerra de Wade Wilson, por lo que a falta de que Panini edite el segundo CES de la etapa de Joe Kelly, me he hecho con este tomo para satisfacer mi mono de Masacre. Pero, por desgracia, la impresión que me ha causado el cómic no podía ser más diferente que en aquella ocasión.
Aquí Masacre comparte protagonismo con Bob, un agente encargado de hacer que Wade lleve a cabo las misiones que se supone el gobierno les encomienda, para lo que suele engañarle haciéndole creer que está luchando contra Hidra, ya sea para defender diplomáticos o para asesinar a determinados objetivos molestos. Estas dos premisas son sobre las que girarán gran parte de los misterios que habrán de ser resueltos en la colección, y al final del tomo además contaremos con un nuevo estatus para el personaje que puede dar mucho juego (me vienen a la cabeza divertidas situaciones si se establecen paralelismos en clave de comedia con historias como El lobo solitario y su cachorro o Camino a la perdición).
También como en La guerra de Wade Wilson, ésta es una historia alternativa a la del Universo Marvel tradicional en el que varios personajes cambian sus roles con respecto a la continuidad oficial (como ejemplos, Zemo aquí es un paleto líder de una especie de Ku Klux Klan terrorista, y Al la ciega es jefa de seguridad de una agencia gubernamental), con historias autoconclusivas llenas de escenas pasadas de rosca y con buenas dosis de violencia, para algo tienen la libertad de estar bajo el sello MAX. Pero si Swiercynski conseguía llevar a cabo una mezcla atractiva y equilibrada, aquí Lapham se queda a medias y, si bien la trama detrás de la manipulación de Masacre puede ser interesante, así como algunas de las reinvenciones de personajes como la Supervisora o la infancia de Wade, su retrato del mercenario bocazas queda deslucido ya que lo convierte en una especie de aparición estelar en cada número, con algún chascarrillo introductorio, pero muy alejado de su carácter más alocado y verborreico. Tan sólo conseguimos ver a un Wade en su salsa en el episodio del manicomio, cómo no.
El dibujo de Kyle Baker me desagradó en un principio. Su estilo cartoon, con escenas y personajes en ocasiones sólo meramente esbozados, y con un diseño de personajes que no es del todo de mi agrado (no me parece el más adecuado para una serie de Masacre en la que, a mi parecer, el humor queda relegado a un aspecto secundario debido a la poca pericia del guionista con la idiosincrasia del personaje). Sin embargo, Baker resuelve las escenas de acción con bastante habilidad, por lo que dada la cantidad de escenas de este tipo al final resulta en una buena elección, más aún de compensar el guionista en futuros números el tono humorístico inherente al personaje para que case con mayor fortuna con los desgarbados dibujos que acompañan la historia.
Le daré una nueva oportunidad al segundo tomo a ver qué tal continúa una lectura que, de momento, sólo puedo reseñar como leíble sin más, ya que desposeer a nuestro mercenario bocazas preferido de su incostestable verborrea y sus reconocibles monólogos de lunático me parecen poco menos que jugar con la idea de un suicidio prematuro de la colección.
Valoración: *****
Aquí Masacre comparte protagonismo con Bob, un agente encargado de hacer que Wade lleve a cabo las misiones que se supone el gobierno les encomienda, para lo que suele engañarle haciéndole creer que está luchando contra Hidra, ya sea para defender diplomáticos o para asesinar a determinados objetivos molestos. Estas dos premisas son sobre las que girarán gran parte de los misterios que habrán de ser resueltos en la colección, y al final del tomo además contaremos con un nuevo estatus para el personaje que puede dar mucho juego (me vienen a la cabeza divertidas situaciones si se establecen paralelismos en clave de comedia con historias como El lobo solitario y su cachorro o Camino a la perdición).
También como en La guerra de Wade Wilson, ésta es una historia alternativa a la del Universo Marvel tradicional en el que varios personajes cambian sus roles con respecto a la continuidad oficial (como ejemplos, Zemo aquí es un paleto líder de una especie de Ku Klux Klan terrorista, y Al la ciega es jefa de seguridad de una agencia gubernamental), con historias autoconclusivas llenas de escenas pasadas de rosca y con buenas dosis de violencia, para algo tienen la libertad de estar bajo el sello MAX. Pero si Swiercynski conseguía llevar a cabo una mezcla atractiva y equilibrada, aquí Lapham se queda a medias y, si bien la trama detrás de la manipulación de Masacre puede ser interesante, así como algunas de las reinvenciones de personajes como la Supervisora o la infancia de Wade, su retrato del mercenario bocazas queda deslucido ya que lo convierte en una especie de aparición estelar en cada número, con algún chascarrillo introductorio, pero muy alejado de su carácter más alocado y verborreico. Tan sólo conseguimos ver a un Wade en su salsa en el episodio del manicomio, cómo no.
El dibujo de Kyle Baker me desagradó en un principio. Su estilo cartoon, con escenas y personajes en ocasiones sólo meramente esbozados, y con un diseño de personajes que no es del todo de mi agrado (no me parece el más adecuado para una serie de Masacre en la que, a mi parecer, el humor queda relegado a un aspecto secundario debido a la poca pericia del guionista con la idiosincrasia del personaje). Sin embargo, Baker resuelve las escenas de acción con bastante habilidad, por lo que dada la cantidad de escenas de este tipo al final resulta en una buena elección, más aún de compensar el guionista en futuros números el tono humorístico inherente al personaje para que case con mayor fortuna con los desgarbados dibujos que acompañan la historia.
Le daré una nueva oportunidad al segundo tomo a ver qué tal continúa una lectura que, de momento, sólo puedo reseñar como leíble sin más, ya que desposeer a nuestro mercenario bocazas preferido de su incostestable verborrea y sus reconocibles monólogos de lunático me parecen poco menos que jugar con la idea de un suicidio prematuro de la colección.
Valoración: *****
No hay comentarios:
Publicar un comentario