21 noviembre 2006

Ultimate Fantastic Four: Cruce


Ultimate Fantastic Four 11 y 12 (21, 22 y 23 USA)
Guión: Mark Millar
Dibujo: Greg Land
Panini; 48 páginas, 3€

Reed Richards ha contactado con una dimensión paralela con enormes similitudes, pero en el que se encuentran algunas diferencias: en ella los Ultimates son conocidos como Vengadores, en la que Los 4 Fantásticos son reconocidos superhéroes que superan en más de 20 años a sus contrapartidas definivas, y el mundo está lleno de superhéroes, llegándose a contar por miles, al contrario que en su universo. Reed parece haber contactado con el Universo 616, pero nada más lejos de la realidad: a pesar de coincidir en muchos aspectos, en él los héroes han sido infectados por un virus que les ha convertido en zombies, y que se ha expandido por todo el planeta en apenas un par de días, por lo que el mundo está plagado de hambrientoss muertos andantes que, una vez destruida por completo la vida de su universo, planean trasladarse al Ultimate, aún sano. Aunque puede que no por mucho tiempo.

Mucho lo he estado esperando. Tenía que llegar el genio de Millar para reavivar la serie definitiva de los 4 Fantásticos que, a pesar de seguir desde el primer número, me pareció muerta ya desde entonces, y es que a pesar de la calidad probada los equipos creativos que han pasado por él, ninguno de ellos ha sabido aprovechar el potencial de la serie ni a los guiones (limitándose a "reescribir" la historia ya conocida) ni a los lápices, realizando algunos de los más aclamados artistas de la compañía trabajos desde lo correcto, pasando por lo mediocre de la mayoría de ellos, hasta lo realmente horroroso en el último número de Panini (ese Jae Lee... ¡Bicho! ¡Baisch, baisch!).

El escocés encargado de algunas de las mejores sagas e ideas de los últimos años de Marvel para las diferentes colecciones en las que ha estado trabajando (y de uno de los mayores eventos de los últimos años en los cómics de la Casa de las Ideas, Civil War) engañó a todo el fandom, que esperaba ansioso un crossover 616-Ultimate desde que naciera este último universo, con un título y una presentación del argumento de lo más traicionera pero que al leer el cómic enseguida se desvelaba, y que a pesar de no ser lo que se esperaba se ha convertido en todo un bombazo, al derivar en la que dicen es una de las series más divertidas de los últimos años: Marvel Zombies, de la que se encargara el experto en la materia Robert Kirkman, y de la que ya se espera continuación a pesar de que aquí no hayamos podido disfrutar aún de ella.

Millar a dado a luz un guión divertido pero poco más, que podría haber sido mejor aprovechado en muchos aspectos (esa lucha de la Cosa con Hulk...) pero que se ha dejado a media tinta cuando podría haber dado como resultado un mejor aspecto global de este arco y una idea más recordable por sí misma que por su aprovechamiento posterior a cargo de otro guionista, que tan sólo puede quedarse por su parte en entretenido y muy original (al contrario de lo que últimamente se venía viendo en la colección, lo que ya es algo), a espera de que podamos ver por aquí el trabajo de Kirkman y ver si las consecuencias serán explotadas con mayor acierto por él.

Para tan tramposo proyecto Millar se ha unido a un excelente dibujante que le viene como un guante al tono que el guionista le ha dado a este arco, proveyéndola de una espectacularidad cinematográfica que le sienta de maravilla (y que tanto gusta a aquél) y que no podía haber dado mejor resultado en manos de otro. A ello también ayuda el gran trabajo de coloreado de Justin Ponsor, que le da un aspecto oscuro y sucio en su justa medida que le va perfecto, y que mejora incluso el trabajo de Land.
De este apartado tan sólo cabe criticar al dibujante por su inexistente sentido de la narración, que se encuentra totalmente desaparecida, y entonces se limita a llenar cada página de bellas viñetas con unos muy acertados personajes (y sobre todo una Sue preciosa) pero que falla en algunas expresiones faciales (como las caras de muñeca hinchable (de la que no se libra ni Johnny) o algún bizco que se le cuela...).
Lo peor sin duda de Land, y que alguien tendría que decirle, es que existen más recursos que la sucesión de "cromos", de viñetas horizontales sin apenas interconexión entre ellas, y de impresionantes splash-pages. Que quedan preciosas y son realmente espectaculares (unas más que otras) no se puede negar, pero en la variedad está el buen gusto, y este tío parece olvidarse por completo de ello.

En conjunto, una saga para leer sin pretensiones, que divierte un rato y punto. Tampoco le hacía falta mucho más a la cabecera, que estaba dando ya demasiados bandazos y que de manos de Millar puede por fin encontrar el rumbo.

Valoración: *****

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