Dinastía de M

Dinastía de M 1-4 (House of M 1-8 USA)
Guión: Brian Michael Bendis
Dibujo: Oliver Coipel
Panini; 56 páginas, 2'9 y 3€

Tras lo sucedido en Vengadores: Desunidos, la Patrulla X y los Nuevos Vengadores han de reunirse para decidir el destino de Wanda Maximoff, la ex-Vengadora que se convirtiera en uno de los más peligrosos imprevistos con los que los Vengadores se han enfrentado nunca, y que diera lugar en un arrebato de desatada locura a uno de los días más negros en la historia del grupo. En su actual estado, sus poderes son incontrolables y sus antaño compañeros y amigos deben de impedir por todos los medios que se repita una masacre como la de aquel fastuoso día.
Temiéndose el peor final posible para Wanda, tanto su hermano como su padre deciden trasladarla a Genosha, aunque saben que poco durará su huida, y que poco pueden hacer por salvarla. Cuando Vengadores y X-Men llegan al lugar, y están a punto de encontrarse con ella... El mundo se vuelve blanco.

Todo ha cambiado. Aquí, y ahora, el planeta está gobernado por los mutantes, y el homo sapien es la minoría oprimida. ¿Qué es este extraño mundo gobernado por la Dinastía de Magnus? ¿Por qué Logan parece recordar otro mundo en el que las tornas estaban cambiadas? La realidad ha dado un vuelco, y el sufrimiento y la opresión para muchos ha desaparecido, aunque otros hayan ocupado su lugar. Pero esta mentira utópica no puede durar mucho una vez que los principales implicados descubran la verdad: este idílico mundo es tan sólo un desquiciado invento de la mente de la Bruja Escarlata.

Una sensación de satisfacción, pero también un inquietante escalofrío recorre toda mi espalda al pasar la última página de esta Dinastía de M: las cosas empiezan a cambiar, de VERDAD, y no va a haber piedad con los mutantes. Muchas cosas se le pueden achacar a los guiones del calvito, pero el inmovilismo en sus planteamientos no es una de ellas: tanto en Desunidos como en su Secret War, a pesar de los sentimientos que puedan despertar sus guiones en los aficionados, Marvel evoluciona con Bendis escribiendo en ella. Pueden gustarte o no los cambios que en ellas se dan, porque la cosa es segura: no van a dejar indiferente a nadie.

Una vez más, el controvertido guionista peca (abusando como siempre) de lento en el desarrollo de los guiones, del famoso (sobre todo gracias a él, uno de los máximos exponentes de este "estilo" narrativo) decompressive storytelling, antojándose demasiados los 8 números de los que consta la saga para contarnos lo que cuenta, aunque acaba por darle al cómic un toque de teleserie ayudado por el dibujo que se agradece ya que así, en vez de convertirse éste en un aspecto negativo de la obra, resulta en todo lo contrario, y gracias a él podemos ver el desarrollo de los personajes en el propio crossover sin necesidad de recurrir a los pésimos tie-ins del evento (que tan sólo complementan la historia de algunos personajes a modo de curiosa anécdota, pero que para nada influyen en la premisa principal de la serie, y que son del todo prescindibles (sobre todo, teniendo en cuenta que la mayoría de ellos son basura de grandes dimensiones)). También hay que achacarle al calvito la inefectividad de sus cliffhangers, quizá demasiado poco trabajados a mi parecer, y que en ningún momento hacen partícipe al espectador de la tensión de la trama, sensación que tampoco consigue en el resto de páginas del cómic. También ciertos fallos o "libertades creativas" que se permite el lujo de usar como traer de vuelta a los muertos, de una manera un tanto chocante por lo incoherente de su resultado, ya que la resurreción (o por lo menos así lo deja entrever) de cierto Vengador en el mundo "real" debería dar validez a la continuación en dicho mundo de otros personajes que, sin embargo, desaparecen tras el "viaje" (¿por qué el Vengador sí y los hijos de Wanda, tío Ben o Gwen Stacy no?). Aunque también podría ser que aquél no haya resucitado, y todo sea una trampa del guionista.
Planteada como un espectacular crossover destinado a cambiar el rumbo de Marvel, tan sólo cumple con ello en los últimos dos números, la verdadera "salsa" que hace que verdaderamente merezca la pena hacerse con él: Las consecuencias están destinadas a revolucionar el Universo 616 por completo, y quizá, por el camino, encontremos alguna de las mejores historias de los últimos años de la compañía o, por lo menos, algunas de las más deseadas por los lectores.

Así, Dinastía de M se ha convertido, sobre todo, en un reseteo en toda regla de la continuidad mutante, una vuelta a los orígenes polémica, tan acertada para algunos como estúpida para otros, que devuelve a los mutantes, de nuevo, a su estado inicial de minoría. Con el "No más mutantes" (quizá menos efectivo de lo deseable "gracias" a internet, que cada vez más nos roba la ingenuidad con la que llegamos a las historias de superhéroes, tan interesantes para algunos es la actualidad USA que no dudan en compartir sus emociones antes de tiempo con los demás (*sigh*)) nos quedamos por el camino sin algunos de los más importantes miembros de la Patrulla X, e incluso de sus enemigos, pero por lo menos las consecuencias del evento tienen visos de ser algo más que un simple estado pasajero, y se pretende cargar con ello y tirar para adelante dando incluso vía libre a uno de los eventos más esperados de los últimos años y destinado a remover los cimientos de la compañía llevándose por delante con sus devastadoras consecuencias desde el primer hasta el último personaje de la compañía: Civil War. Hacer avanzar (con todas las comillas del mundo) y cambiar la historia hasta llegar a este punto ha costado mucho (hemos perdido Vengadores (a dos de ellos Bendis los ha desacreditado para siempre), casi toda la población mutante del planeta, y parte de la cordura ya bastante tocada de muchos de los protagonistas. Y eso que esto no ha hecho más que empezar...), pero no hay que asustarse por ello, y confiar en los planes que esta estrategia comercial pueda tener detrás. Al fin y al cabo, sabemos que tarde o temprano la cosa volverá a ser (más o menos) como antes. Sólo podemos sentarnos y disfrutar u odiar lo que está por llegar y esperar.

En el aspecto gráfico de la obra, y todo lo contrario que los guiones de Bendis, siempre causantes de exacerbadas controversias entre los seguidores de Marvel, el dibujo de Coipel ha enamorado por igual a casi todos los lectores de Dinastía de M. El francés, con un dibujo tan espectacular como acertado en sus geniales puestas en escena de los personajes, es una de las mejores bazas a la hora de "sufrir" el ritmo narrativo de Bendis, ya que nos lo hace olvidar por completo gracias a su estilo, que tan bien le ha venido a los personajes de la Casa de las Ideas. Y no es para menos, ya que acierta al 100% a la hora de diseñar a todos y cada uno de los protagonistas de la saga. Pero es que además las escenas de acción que plantea, junto a sus exquisitas splash-pages, son realmente cautivadoras, y es difícil no verse satisfecho con el trabajo de este artistazo (que tan sólo peca en lo confuso de algunas viñetas, "ayudado" también por la colocación de algunos de los bocadillos, pero que tan sólo es un mal menor tan puntual como intrascendente, y que es por completo pasable a la hora de valorar en conjunto su labor, que puede incluso ganar muchos enteros a la hora de enfrentarse a guiones más "adrenalíticos". Quizá dibujando los guiones de alguien como Mark Millar, que le diera las escenas de acción con las que mostrar todo su talento narrativo y las puestas en escena capaces de plasmar...).

A Marvel le ha salido la jugada redonda: un crossover atractivo, tanto visual como argumentalmente, que aunque no pase de entretenido, de tan ambicioso que es se convierte en una apuesta de cara al futuro a tener muy en cuenta, por lo que vendrá y lo que nos queda por disfrutar, y que viendo lo que se cuece al otro lado del charco, va a ser mucho.

Valoración: 6/10.