Género: Acción/Comedia
Duración: 96 minutos
Intérpretes: Takeshi Kitano, Yurei Yanagi, Yuriko Ishida
¿¿¿¿¿¿??????
Así se podría definir mi primera impresión sobre este segundo film de Kitano (1991), y creo que el primero al que tengo el gusto de acercarme. Una película de yakuzas rara, rara.
La trama gira en torno a un joven jugador de béisbol que se verá envuelto en un enfrentamiento con un yakuza, lo que le acarreará graves problemas a él y a la gasolinera donde trabaja, además de que también se verá envuelto un amigo que perteneciera a la banda. Cuando éste último sale herido, emprenderá una increíble epopeya en busca de armas con la que plantar cara a los yakuzas.
Durante el film, veremos desfilar a todo tipo de delirantes personajes que aparecerán y desaparecerán sin que siquiera nos demos cuenta, dando lugar a todo tipo de surrealistas situaciones acentuadas por el pulso del director, que potencia la hilaridad de las escenas más absurdas llevando al límite el comportamiento de sus personajes cuando menos lo esperamos (la escena del lavabo del bar...) y alargando las escenas más costumbristas pero también las más estúpidas (como la del ladrillo y el dedo).
Aquí, en su comicidad, es donde reside el mayor atractivo de la película, dejando algunas de las escenas más tópicas del cine de acción en el recuerdo gracias al humor con el que se han plasmado (la escena de las flores en manos de Kitano durante el asalto al edificio Yakuza no tiene precio), y a lo surrealista de su narración, que de tan lenta y elíptica puede llegar a echar para atrás en algún momento por lo experimental de su propuesta, pero que divierte de manera excepcional en su resolución, en los pequeños detalles que rodean tanto a la trama principal como a los más tangenciales, y con los que se resuelven normalmente en pequeñas e impagables cápsulas sin sentido de tan extrañas e impredecibles son divertidísimas.
Curioso sentido del humor el de este hombre, y curioso estilo con el que plasma esta joven obra de su filmografía. Ya me lo imaginaba, pero ahora por fin lo he confirmado: un tío a seguir.
Valoración: *****
Duración: 96 minutos
Intérpretes: Takeshi Kitano, Yurei Yanagi, Yuriko Ishida
¿¿¿¿¿¿??????
Así se podría definir mi primera impresión sobre este segundo film de Kitano (1991), y creo que el primero al que tengo el gusto de acercarme. Una película de yakuzas rara, rara.
La trama gira en torno a un joven jugador de béisbol que se verá envuelto en un enfrentamiento con un yakuza, lo que le acarreará graves problemas a él y a la gasolinera donde trabaja, además de que también se verá envuelto un amigo que perteneciera a la banda. Cuando éste último sale herido, emprenderá una increíble epopeya en busca de armas con la que plantar cara a los yakuzas.
Durante el film, veremos desfilar a todo tipo de delirantes personajes que aparecerán y desaparecerán sin que siquiera nos demos cuenta, dando lugar a todo tipo de surrealistas situaciones acentuadas por el pulso del director, que potencia la hilaridad de las escenas más absurdas llevando al límite el comportamiento de sus personajes cuando menos lo esperamos (la escena del lavabo del bar...) y alargando las escenas más costumbristas pero también las más estúpidas (como la del ladrillo y el dedo).
Aquí, en su comicidad, es donde reside el mayor atractivo de la película, dejando algunas de las escenas más tópicas del cine de acción en el recuerdo gracias al humor con el que se han plasmado (la escena de las flores en manos de Kitano durante el asalto al edificio Yakuza no tiene precio), y a lo surrealista de su narración, que de tan lenta y elíptica puede llegar a echar para atrás en algún momento por lo experimental de su propuesta, pero que divierte de manera excepcional en su resolución, en los pequeños detalles que rodean tanto a la trama principal como a los más tangenciales, y con los que se resuelven normalmente en pequeñas e impagables cápsulas sin sentido de tan extrañas e impredecibles son divertidísimas.
Curioso sentido del humor el de este hombre, y curioso estilo con el que plasma esta joven obra de su filmografía. Ya me lo imaginaba, pero ahora por fin lo he confirmado: un tío a seguir.
Valoración: *****
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