15 diciembre 2006
Transmetropolitan 03
La verdad es que, aunque ya apuntaba buenas maneras desde el primer número, tenía mis reticencias para con esta serie. El argumento tenía ya desde entonces el potencial que ha ido desarrollando número a número su excepcional equipo artístico, pero la deslenguada verborrea de Ellis puede llegar a cansar a pesar de lo divertido de ésta en muchos diálogos y situaciones (y de hecho lo hace en más de una ocasión), y es que sabe exprimir al máximo en sus guiones este "don".
En este número, aunque vuelve a pecar de lo mismo, se hace tremendamente adictivo gracias a las situaciones a las que se enfrenta Spider: en boca de Jerusalem, Ellis ataca la televisión y, sobre todo, a la religión, pero más concretamente al mercado de la fe. Así, en una convención de convergencia de religiones, este bastardo periodista no dejará títere con cabeza.
Sin embargo, también hay que destacar el primer número americano (el otro mejor lo descubrís por vosotros mismos), en el que vemos cómo Spider se adentra en el mundo de la telebasura, los programas de llamadas telefónicas (entre los que causa estragos, y gracias a los cuales descubriremos otra cruel pieza de su pasado), las emisiones vacías de contenidos y la publicidad "subliminal" (ya entenderéis las comillas cuando lo leáis); a través de ella, el guionista nos muestra la decadencia y la perversión de una sociedad que parece haber perdido la humanidad y la razón hace mucho tiempo, y que desde entonces vaga a la deriva eternamente, hasta que consiga autodestruirse o alcanzar la orilla (aunque lo segundo parece estar demasiado lejano ya).
Mes a mes, espero impaciente esta colección, con la que me divierto al máximo, y con la que no dejo de sorprenderme con el sentido del humor de Ellis (que me encanta, pero que a la vez me asusta por lo grotesco de algunos de sus chistes xD) y con el buen hacer de Darick Robertson, cuyo trabajo no decae en ningún momento, y que se reserva para su dibujo algunos momentos muy divertidos que casan a la perfección con el carácter de Spider, y algún chistecillo oculto en el escenario. Magnífica conjunción la de estos dos genios.
Valoración: *****
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