Si ya el primer capítulo nos dejaba con ganas de ver más, mucho más, éste, con su final, no le va a la zaga. ¡Qué escena señores!
Y es que dicha escena nos resume en una dolorosa imagen (sin recurrir por un instante a la morbosidad gore, ni falta que le hace, ya que esta omisión es aún más explícita que cualquier escena made in Miike) todo el capítulo: Michael se ha dado cuenta que por muy cuidadoso que haya sido en la elaboración de su plan, y que haya reducido al máximo cualquier tipo de error que pudiera deberse al azar, hay otro factor con el que no ha contado hasta el momento, el factor humano. Muy caro venderá este torpe descuido. Se verá obligado a darse cuenta de que los choques en la cárcel son inevitables, y como le dijeran en el primer episodio, es imposible pasar desapercibido en prisión. Mucho va a lamentar Michael no haberlo tenido en cuenta en su plan.
Este segundo episodio de Prison Break no sólo se centrará en el plan de fuga, sino que también asistiremos a los problemas en la relación de Sucre, su impotencia y su sufrimiento por fallar a su chica, y como Verónica, quien tuviera hace años una relación sentimental con Lincoln, indagará en el caso a petición de éste, que sigue defendiendo su inocencia. Además, como en el anterior, no pararemos de conocer nuevos detalles de la fuga, de los demás presos, y de algunos secundarios como los agentes de policía. Ni un respiro nos van a dar durante toda la serie, me lo veo venir.
¡Albricias! Alabada sea esta edad dorada de la TV USA. Y que nosotros la disfrutemos.
Valoración: 9/10.
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